Fragata ARA

Libertad

La fragata “Libertad” arribó a El Callao

29-4-2010 | La fragata “Libertad” y el resto de las embarcaciones podrán ser visitados el fin de semana. El domingo 2 de mayo partirán rumbo a Guayaquil, en Ecuador.

Fuente: Gaceta Marinera

EL CALLAO (PERÚ) – La fragata ARA “Libertad”, junto al resto de las embarcaciones participantes del Encuentro y Regata Internacional de Grandes Veleros “Velas Sudamérica 2010”, permaneció fondeada en la bahía Pucusana durante más de once horas, previo a su entrada de ayer a la Base Naval El Callao, donde permanecerá hasta el domingo 2 de mayo.

Luego de haber navegado 24 millas náuticas, el buque escuela de la Armada Argentina comenzó a ingresar alrededor de las 8 de la mañana a la base, en donde tomó amarras a las 9:30.

Los saludos de cañón, de 19 salvas, ejecutados por el buque escuela español “Juan Sebastián de Elcano” fueron respondidos por el BAP “Almirante Grau” (CLM-81), buque insignia de la Marina de Guerra del Perú, también con 19 salvas.

A bordo de la fragata “Libertad” el personal formó en la cubierta mientras los gavieros demostraban su destreza al subir a los palos y los miembros de la Banda de Música tocaban marchas militares.

En la base naval peruana permanecerán hasta el 2 de mayo, fecha en la que zarparán rumbo a Guayaquil (Ecuador).

Los podrán visitar el 30 de abril y 1º de mayo en la Base Naval de El Callao, donde serán recibidos por bailes típicos.

La semana pasada abandonaron Antofagasta, la última ciudad chilena del itinerario de la regata del Bicentenario.

Entrada

El primero de los grandes veleros en ingresar al muelle de El Callao fue el “Juan Sebastián de Elcano”, el decano de los buques escuela del mundo. Con 83 años de vida, este año cumple su viaje de instrucción número 76 y ya dio diez vueltas al mundo.

Después fue el turno del buque escuela de Venezuela “Simón Bolívar”, que lleva ese nombre en honor al libertador, considerado el padre de cinco naciones sudamericanas.

El “Guayas” de Ecuador, bergantín barca de tres mástiles construido en los astilleros Celaya de Bilbao (España) en 1977, fue el siguiente en tomar amarras.

Con un gran pabellón flameando en popa hizo su ingreso el “Gloria” de la Armada Nacional de la República de Colombia. Este buque lleva su nombre en homenaje a la esposa del general Gabriel Revéis Pizarro, quien fue ministro de Defensa de ese país cuando se firmó el contrato de construcción. Fallecido el ministro, su esposa Gloria aceptó ser la madrina del buque, viajando a Bilbao, donde se efectuó la ceremonia del bautismo.

En quinto lugar, entró la fragata “Libertad” que, desde que zarpó de Antofagasta, realizó gran parte de su navegación a vela pura, lo que conllevó un trabajo de guardia de velas durante estos pasados días.

Después le tocó incorporarse al “Europa”. Este velero de época, con bandera holandesa y de tres palos, fue construido en 1911 y restaurado en 1994. Cuenta con una tripulación profesional de 14 miembros y 48 plazas para tripulantes.

Con su mascarón, que representa a quien fuera el último emperador azteca, llegó el “Cuauhtémoc”, buque escuela de la Armada de México.

El siguiente en entrar a la Base Naval de El Callao fue el bergantín goleta “Esmeralda”, cuyo nombre se encuentra ligado a la historia naval de Chile desde 1818, cuando el almirante Lord Thomas Alexander Cochrane capturó la fragata española “Esmeralda” en este puerto que hoy visita. Es el sexto buque de la Armada de Chile que lleva este nombre.
Ingresó al muelle en noveno lugar el “Cisne Branco” de Brasil. Es el tercer navío de ese país que lleva ese nombre preveniente de un verso de la canción homónima, símbolo de la Marina de Brasil, conocida también como la Canción del marinero.

Con su colorido velamen, se pudo apreciar cómo el “Capitán Miranda” de la Marina de Uruguay hiciera su aparición. Este barco, construido en 1930 en Cádiz, fue pensado y empleado como buque hidrográfico hasta que en 1977 fue transformado en buque escuela.

En último lugar, arribó al puerto peruano el “Sagres” de Portugal, construido en 1937 en Hamburgo por encargo de la Marina alemana. Después de la Segunda Guerra Mundial fue llevado a los Estados Unidos, después fue incorporado en la Marina del Brasil hasta que en 1961 Portugal lo adquirió para reemplazar a su primer buque escuela, también llamado Sagres.

Recepción

Al tomar amarras en el muelle de la Base Naval de El Callao, la fragata fue recibida con bailes típicos.

Desde el muelle estuvo presente una comitiva encabezada por autoridades diplomáticas y castrenses de argentina, entre ellos el Agregado de Defensa y Naval, Capitán de Navío Alejandro César Catella. Asimismo hubo un comité de bienvenida integrado por miembros de la Marina del Perú.

Revista naval

La fragata “Libertad” desfiló frente a la costa de El Callao. Junto a once grandes veleros, el buque escuela de la Armada Argentina realizó una revista naval en su visita al primer puerto peruano de la regata del Bicentenario.

A diferencia del último puerto chileno, en el que nueve embarcaciones participaron de la revista naval frente a las costas antofagastinas, doce veleros se sumaron en la mañana del martes para realizar una revista naval, ahora en aguas peruanas.

Luego de haber zarpado el viernes 23 de la ciudad de Antofagasta, donde permaneció durante casi tres días y recibió a más de 25.000 visitantes, la fragata ARA “Libertad” llegó a la bahía de Pucusana.

Alrededor de las 10, once de los grandes veleros se sumaron a la “embajadora de los mares” y realizaron una formación en columna en tránsito hacia El Callao, luego de navegar 24 millas náuticas.

Uno de los buques que se incorporó fue el BAP “Marte” que zarpó el lunes hacia la bahía.

La “Libertad” se convirtió en guía de la formación al encabezar la columna, seguida por el velero holandés “Europa”, el “Cuauhtémoc” de México, el “Esmeralda” de Chile, “Cisne Branco” de Brasil, “Capitán Miranda” de Uruguay, “Sagres” de Portugal, “Gloria” de Colombia, “Guayas” de Ecuador, “Simón Bolívar” de Venezuela, “Juan Sebastián de Elcano” de España y “Marte” de Perú. Mientras navegaban, como ya es habitual, a una velocidad de seis nudos, mantuvieron una distancia de 1.000 yardas (914 metros) entre las unidades.

Luego fondearon en el área de espera asignada en la rada exterior, tras haber recorrido 820 millas náuticas.

Después de las 18:45, los buques comenzaron a prender las luminarias mientras permanecían en su fondeadero, a la espera de retomar la navegación hacia El Callao