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	La siguiente nota, publicada 
	en la edición de hoy de Prensa Libre On Line con la firma de Mario Dos 
	Santos Lopes, describe la interesante anécdota sobre los apuros vividos por 
	un grupo de navegantes extranjeros en la costa patagónica, resuelta 
	felizmente merced a la solidaria y competente respuesta de la “gente de mar” 
	de Puerto Deseado.
 
	Nos recuerda también, una 
	antigua y siempre postergada aspiración de la comunidad marítima argentina: 
	contar con un conjunto de puertos náuticos deportivos adecuadamente 
	distribuidos a lo largo del litoral marítimo bonaerense y patagónico, con 
	infraestructura apta para proveer abrigo y seguridad razonables a ese tipo 
	de embarcaciones. Cientos de navegantes de Argentina, Uruguay y el mundo 
	entero, podrían encarar entonces la inigualable experiencia de navegar a 
	vela en el extraordinario marco del mar patagónico, experiencia hoy 
	virtualmente vedada, por ausencia de dicha infraestructura. Aquí la nota:
	(PRENSA LIBRE) Seis veleros de distintas nacionalidades se encontraban ayer 
	fondeados en la ría Deseado, en inmediaciones del denominado «Muelle de 
	Ramón», próximo al Club Náutico Capitán Oneto. Uno de ellos, el «Faraway» 
	procedente de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, que viaja con destino a la 
	Antártida con cuatro tripulantes, sufrió una complicada situación durante el 
	fin de semana pasado, pero fue auxiliado por expertos navegantes de la 
	ciudad.
 
	Uno de los tripulantes del 
	velero sudafricano, Omar Sánchez, médico cardiólogo, admitió que fueron 
	sorprendidos por el temporal «a pesar de que uno lee las experiencias de los 
	navegantes previos sobre la corriente en la ría, la turbulencia del viento, 
	el viento que va y viene». Relató que «en algún momento teníamos que salir 
	del fondeadero, del otro lado de la ría, estábamos con dos anclas y cuando 
	soltamos una de las anclas, había mucha más corriente de la que nosotros en 
	principio estimamos, y quedamos montados con la hélice sobre la cadena del 
	ancla secundaria, y por efecto de la corriente se hizo un pequeño rollo».Comentó que el propietario de la embarcación « tiene una cosa fantástica que 
	es una pequeña cámara submarina, así que con un palo de escoba y la cámara 
	pudimos ver lo que pasaba abajo y nos dimos cuenta que no había que tocarlo, 
	y por eso lo contactamos a Marcos Oliva Day, de la Fundación Conociendo 
	Nuestra Casa, que nos dio la solución porque estábamos sin tracción, 
	necesitábamos a alguien que nos ayudara a salir del lugar para sacar el 
	ancla, y secundariamente hacer el buceo para desenrollar el ancla».
 
	Rescate Oliva Day los contactó con el patrón de la lancha Yamana, el práctico del 
	puerto local Miguel Yrigoyen «y en ese momento como soplaba más de la cuenta 
	el puerto estaba cerrado y cuando abrió el puerto a los cinco minutos vino 
	con el Yamana, que realmente lo maneja como si tuviera un joystick, es 
	fantástico el Gobierno que tiene sobre ese monstruo acuático». En este 
	contexto indicó que «la corriente en la ría se llevaba todo y el viento se 
	llevaba todo para el otro lado, lo que hacía doblemente difícil la 
	maniobra». Agregó que «gracias a eso pudimos levantar el fondeo, nos llevó 
	hasta el muelle comercial, y ahí en menos de cinco minutos se calzó el traje 
	de neoprene y a bucear con visor de snorkel sin tanque, y a sacar las 
	sucesivas vueltas de cadena, y para nosotros la gran noticia del viaje es 
	que no habíamos roto nada».
 Al hacer público su agradecimiento a quienes actuaron rápida y eficazmente 
	para resolver el problema, acotó que «repetimos un poco la experiencia que 
	nos pasó en Puerto Madryn, porque en estos lugares falta un poco de 
	infraestructura para los navegantes, quizás una pequeña pared que sirva de 
	muro de contención de la ola, en proximidades del puerto o las proximidades 
	de los clubes náuticos, hubiera evitado todos estos problemas, que para 
	nosotros romper algo en un barco que no es hecho en Argentina y 
	prácticamente acá no hay ningún repuesto hubiera generado todo un problema y 
	eventualmente cancelar la expedición o pasarla al año siguiente».
 
	Infraestructura necesariaTras destacar que Puerto Deseado es «el destino obligado para el sur», 
	anticipó que «nosotros somos la primera ola que llega, en Mar del Plata nos 
	encontramos con veinte veleros que están viniendo, en Necochea hay cinco más 
	que están viniendo». Sobre la posibilidad de contar con una pared de 
	contención para estas embarcaciones o un muelle para los gomones manifestó 
	que «no es tanto el dinero que esas obras demandan y realmente dan un 
	servicio importante», planteando que «en nuestro caso somos gente con muy 
	buen estado físico, somos tres buzos, un nadador duro y tuvimos muchos 
	problemas a la hora del desembarco en Madryn y acá también, porque nosotros 
	podemos pasar mucho tiempo en el barco, pero las normas existen y nosotros 
	tenemos que venir a hacer los papeles de Prefectura, tenemos que hacer el 
	nuevo despacho para el sur, y eso hay que hacerlo con un gomoncito con el 
	viento y la corriente que te toque, y si no lo hacés en el momento oportuno 
	se te va la ventana de tiempo adecuado para ir al sur y otra vez a esperar 
	los tres, cuatro, cinco días».
 
	Por Mario Dos Santos Lopes28/11/13
 PRENSA LIBRE
 
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