Buceo

Autor: Tito Rodríguez


Amor de gigantes

 

Cada primavera la ballena franca austral arriba a la Península Valdés con un objetivo claro y preciso: copular y parir a sus crías. Estos enormes mamíferos marinos con sus 16 metros de largo y un peso promedio de 40 toneladas, están entre los seres vivos más grandes de nuestro planeta.

 

 La cópula de animales tan grandes no ha de ser fácil y es por eso que las hembras, que alcanzan su madurez sexual a los diez años de edad, serán copuladas por un grupo de machos que se ayudarán entre sí empujando a la hembra para que tome la posición adecuada. Para este propósito la naturaleza dotó al macho de un órgano reproductor retráctil de casi dos metros que se expone sólo al momento de lo cópula. Los testículos del macho de casi 900 kilos de peso proporcionarán una cantidad increíble de líquido seminal. Esta cópula, que podría parecer una competencia entre los machos para fecundar a la hembra, no es tal ya que, casi todos lograrán hacerlo. La verdadera competencia entre los machos se dará en el interior de la hembra ya que será uno solo de los miles de millones de espermatozoides introducidos el que logrará fecundar el óvulo y generar la nueva cría.
 
La hembra migrará al final de la primavera hacia la Antártida en busca de alimento y regresará a Península Valdés en la primavera siguiente a parir a su cachorro que al nacer tendrá unos cinco metros de largo y un peso de tres toneladas. Durante un año mamará de su madre una leche muy espesa y rica en proteínas que le permitirá crecer hasta 50 kilogramos por día. Al final de la primavera, con la adecuada capa de grasa ya formada, viajará a la Antártida para que su madre pueda alimentarse, regresando al sur argentino al año siguiente donde se producirá el destete y se separará de su madre la que volverá a copular para tener una cría al año siguiente.
 
En este momento un cachorro de ballena está naciendo en Península Valdés y con él nace la esperanza de la recuperación de su especie que comparte con la nuestra un mismo espacio y un mismo tiempo.
 
Tito Rodriguez
Director
Instituto Argentino de Buceo